El flúor es un compuesto químico del grupo de los halógenos que no se encuentra libre en la naturaleza, sino formando parte de una gran variedad de compuestos químicos o moléculas, tanto orgánicas como inorgánicas.
El flúor es un oligoelemento, es decir, forma parte de nuestro organismo en una proporción inferior al 1% y es fundamental para su correcto funcionamiento (estructura de huesos y dientes). Una de las principales funciones biológicas de este elemento es formar parte de la dentina de nuestros dientes, capa situada por debajo del esmalte y encima de la pulpa dental. Cuando el esmalte está deteriorado (por una caries o un traumatismo) y parte de esta dentina queda expuesta se produce sensibilidad dental. Esto también se produce cuando hay retracción de las encías. El flúor, a su vez, también actúa fortaleciendo el esmalte dental. El aporte de flúor es importante durante la formación del esmalte (en los niños) y posteriormente para el mantenimiento y remineralización de este.
Nuestro cuerpo necesita flúor y el principal aporte es el agua que bebemos o la que ingerimos a través de los alimentos. En el caso de los lactantes lo ingieren a través de la leche materna. Por tanto, lo que tomamos es flúor en disolución, en forma de fluoruros. El agua corriente de nuestras casas es agua fluorada y por tanto aporta flúor a nuestro organismo, pero también el agua mineral contiene fluoruros de forma natural, aunque en este caso la concentración varía en función de la zona geológica.
El flúor de la pasta de dientes
El flúor está presente en los dentífricos y en la mayoría de colutorios bucales. La función del flúor en la pasta de dientes es doble: proteger el diente de la placa bacteriana inhibiendo la acción de esta sobre el esmalte (acción de desmineralización); y, por otro lado, aumentar la dureza y resistencia del esmalte participando en los procesos de remineralización de este. Esta función tópica es distinta de la función del flúor orgánico o sistémico, por esto es importante la presencia de flúor en la pasta de dientes.
El exceso de flúor durante el periodo de desarrollo de los dientes también puede tener consecuencias negativas como la fluorosis dental. En los niños debemos ser especialmente cuidadosos de que no se traguen la pasta de dientes fluorada, al menos que no ingieren grandes cantidades, ya que además de fluorosis se puede producir toxicidad.
El flúor también tiene actividad antimicrobiana aunque no a la concentración en la que se encuentra en los productos dentales.
Para adultos, la recomendación de flúor en la pasta de dientes oscila entre 1.000 y 1.500 partes por millón (ppm), aunque existen preparados a mayor concentración y que pueden ser prescritos por nuestro odontólogo. En los colutorios y enjuagues bucales diarios oscila entre 250 y 500 ppm.
Si tienes cualquier duda sobre tu pasta de dientes o la concentración de flúor más adecuada para cada período de desarrollo infantil puedes consultarnos en Clínica Dental Family.
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