Hoy trataremos el tema de los piercings y problemas dentales que acarrea el uso de estos elementos decorativos en cualquier punto de nuestra boca, ya sean de forma absolutamente interna o externa.
En Cínica Dental Family siempre respondemos de la misma forma a aquellos pacientes que nos preguntan nuestra opinión antes de dar el paso. Decididamente no aconsejamos la colocación de ningún tipo de estos elementos en ninguna zona de la boca por múltiples razones que ahora enumeraremos. con detalle.
En otras ocasiones, el paciente acude cuando ya es portador de los piercings y, sinceramente, suele ser para que hagamos lo posible por atajar problemas y complicaciones de salud bucodental ocasionados por ello.
Por qué decimos que piercings y problemas dentales van unidos en muchas ocasiones.
Partimos de la base de que la colocación de un piercing supone la perforación de alguna zona del cuerpo para albergar ese elemento decorativo que en su mayoría están fabricados de materiales metálicos diversos.
En estas líneas no pretendemos analizar la conveniencia o no del uso de estos, pues ello es algo absolutamente respetable, personal y va en la libertad de cada persona.
Sin embargo, como especialistas en la salud bucodental, hemos de ser sinceros con las repercusiones y complicaciones que acarrea en muchos casos el uso de los piercings en una zona tan delicada,
Nos referimos a labios, lengua, frenillo, mejillas e incluso en la campanilla. Estas zonas de constante humedad y mucosidad son habitualmente un foco de infecciones y dolencias varias que, con la presencia de estos objetos ven multiplicados los riesgos de ello.
Pero, ¿De qué modo amenaza un piercing nuestra salud bucodental?
- Inflamación de ganglios en la zona inferior de la mandíbula y el mentón sobre todo durante las semanas posteriores a su colocación.
- Daños en la lengua que, en el peor de los escenarios afectaría al sentido del gusto o a algún nervio relacionado con su movilidad.
- Infecciones y reacciones alérgicas a sus componentes metálicos, en especial al níquel.
- Retracción de las encías (Resección gingival), usual en los piercings colocados en los labios. El choque constante hace que se pierda encía y dejemos a la vista una mayor parte de algunas piezas dentales que comenzarán a moverse pudiendo incluso llegar a perderlas.
- Maloclusión: con algunos piercings se modifica la colocación de la lengua y con ello se cambia la forma de mordida, que se acaba variando de posición.
- Enfermedades periodontales que suponen aparición de bacterias, gingivitis, sarro e incluso halitosis.
En Clínicas Dental Family asesoramos a nuestros clientes de la relación del uso de piercings y problemas dentales, y para luchar contra cualquier complicación recomendamos visitas muy periódicas para revisión así como acudir a su dentista cuando noten el más leve indicio de problema o anomalía en la salud de su boca.
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